La descompresión de la pared media orbitaria se realiza por vía transcaruncular realizando una incisión con bisturí monopolar inmediatamente detrás de la carúncula.
Luego con tijeras de disección roma se palpa la cresta lagrimal posterior y se realiza una disección hacia la pared media. La inserción de separadores romos permite acceder a la pared media a través de un espacio de aproximadamente 10x10mm que, utilizando gran magnificación y luz coaxial, permite una excelente visualización.
Esta distancia puede ser corroborada durante la operación mediante la inserción de una cánula de aspiración hasta el vértice de la cirugía y luego ser medida sobre una regla como se observa en este momento, que hemos llegado a 40 mm de profundidad, donde se termina la órbita.
En ese momento hemos aprovechada la totalidad del seno etmoidal procedemos a realizar una incisión de la periorbita que va a permitir que la grasa y los músculos extraoculares ocupen el nuevo espacio creado, razón para la cual se realiza la descompresión orbitaria. Entonces aquí vemos como la incisión
de la periórbita permite la salida de la grasa.
La cirugía es extremadamente segura para el ojo ya que toda la operación se realiza antes de producir la apertura de la periórbita y de esta manera los contenidos oculares y orbitarios están protegidos hasta el último instante.
Luego, como última maniobra, se realiza esta apertura y culmina con la colocación de un drenaje que va a permitir que cualquier tipo de hemorragia que pueda existir salga hacia el exterior y no produzca complicaciones oculares. La incisión cierra espontáneamente sin necesidad de puntos.