El principal síntoma es la caída de lágrimas por la mejilla, que se potencia con el frío y el viento.
Cuando el conducto se tapona en forma completa, las lágrimas se acumulan en el saco lagrimal y se infectan. Por eso, el paciente presenta secreciones por la mañana y es más proclive a las conjuntivitis.
La localización más habitual de la obstrucción es el canal lacrimonasal, un conducto por el que transitan las lágrimas antes de llegar a la nariz. Este conducto está revestido por una mucosa.
El primer fenómeno que ocurre a este nivel es la inflamación, que produce una obstrucción parcial del pasaje de lágrimas cuando hay viento o el clima está frío.
Si el problema persiste, gradualmente la cantidad de lágrimas acumuladas va en aumento y puede generar dificultad para leer a través de ellas, o pueden caer abundantemente en las mejillas.
Algunas personas comienzan con este problema luego de un traumatismo o golpe en la nariz o la cara, y suele tener su origen en una fractura que afecta ese canal.
Las obstrucciones lagrimales en los adultos se solucionan quirúrgicamente. No es posible remediar este problema en forma duradera con procedimientos no quirúrgicos.
Los tres métodos existentes en la actualidad, y que han probado una mayor efectividad:
- DCR o dacriocistorrinostomía
- CDCR u Operación de Jones
- Desobstrucción de puntos lagrimales con microcirugía
Video: Dacriocistorrinostomía Externa con Incisión de 10 mm